lunes, 25 de junio de 2007

Organos de cerdo para cuerpos de humanos.



Tener el corazón de un cerdo podría pasar de simbólico reproche a realidad literal. La ciencia avanza para hacer de estos animales, que de tan mala fama gozan entre los humanos, los donantes de órganos del futuro.
Aún queda mucho por investigar hasta que los científicos den con el modo de engañar al sistema inmunológico humano. La clave del éxito en la llamada xenotransplantación, el transplante de órganos entre especies diferentes, reside en que nuestro organismo pase por alto no sólo que las partes que se le están implantando no le pertenecen, sino también que en otra vida formaron parte del cuerpo, por ejemplo, de un cerdo.
Y al respecto los investigadores ya han cosechado algunos éxitos, que fueron presentados en el décimo Simposio Internacional de Xenotransplantación, organizado en la sede del Instituto Robert Koch en Berlín. Monos diabéticos han podido ser curados gracias a células porcinas y científicos estadounidenses han logrado que grandes simios sobrevivan seis meses con el corazón de un marrano.
"Ante la escasez de donantes humanos, la medicina deposita grandes esperanzas en la xenotransplantación", dice el Instituto Robert Koch. Y añade, "los cerdos son donantes privilegiados: por su metabolismo que se asemeja al del ser humano, por la comparación de alta seguridad microbiológica que ofrecen y por motivos de costos". Así esperan los científicos que sus avances les lleven a poner punto final al problema de la falta de órganos.
La vida de cerca de 12.000 personas en Alemania, más de 50.000 en Europa, depende de un transplante. Y muchas de ellas esperarán en vano. Sin embargo, de momento los pacientes tendrán que seguir apostando por la solidaridad de otros humanos. Aún hay dificultades que solventar antes de que a los cochinos les sea entregado el carné de donante.
PERV son las siglas para "retrovirus endógeno porcino", un virus que se encuentra en la herencia genética del cerdo y que en un trasplante de órganos podría infectar a las células humanas con resultados catastróficos. El segundo gran inconveniente reside en el rechazo del sistema inmunológico humano de los órganos del marrano, que todavía no se ha conseguido evitar.
Los principales avances en la xenotransplantación se han logrado a través de la manipulación genética de los cerdos. Un azúcar cubre todas las células del cerdo y provoca la repulsión inmediata de los órganos porcinos por el sistema inmunológico humano: manipulando las células y eliminando ese azúcar, se reduce el rechazo y así pudo un simio vivir seis meses con el corazón de un chancho.
También a la hora de combatir una infección a partir de los PERV sirven los cochinos transgénicos. Introduciendo una molécula reguladora en la célula del cerdo, los científicos alemanes Joachim Denner, del Instituto Robert Koch, y Heiner Niemann, del Instituto para la Cría de Animales en Mariensee, bloquearon el proceso de entrada en acción de los retrovirus porcinos. De los experimentos de estos dos investigadores y sus equipos nació el primer cerdo con una reducida producción de PERV.
Quizás el día en que el cerdo pase a formar parte de nosotros mismos no quede tan lejos. Mientras tanto, un grupo de trabajo se encarga en Alemania de buscar respuestas a las muchas preguntas que ahora se abren, y que abarcan, entre otros campos, de la ética a la psicología.
Rodolfo Coricelli.
Fuente, Luna Bolívar Manau

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